Olvídate del cuento ese de que viajar cheap es para mochileros sin rumbo o para gente que quiere ahorrarse unas perras a costa de dormir en cuchitriles. Esa película ya está pasada. Hoy, los que saben —y los que de verdad disfrutan— buscan lo auténtico. Lo real. Lo que no aparece en los folletos de agencias, vamos.
Cuando viajas por poco dinero, se abren puertas que los circuitos organizados jamás te mostrarán. Y luego dicen que es ‘low cost’ como si eso fuera malo…
Lo barato conecta más que cualquier guía de viajes
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Mira, cuando no tienes una tarjeta oro que te abra todas las habitaciones de hotel y decides tirarte a la aventura con cuatro cosas bien pensadas y un mapa medio doblado, conectas. Conectas con el lugar, con su gente y contigo mismo. Porque al no tener todo organizado, te obligas a improvisar. Y ahí es donde ocurre la magia.
Te pongo un ejemplo: entrar en una casa rural en Galicia donde el abuelo que la regenta te ofrece caldo recién hecho porque te ha visto calado hasta los huesos. ¿Cuánto cuesta eso? Nada. ¿Cuánto vale eso? Todo.
Lo barato no es de peor calidad. Muchas veces es de una calidad que directamente no se puede pagar. Porque no está en venta. Y te lo pierdes si estás demasiado ocupado buscando el buffet libre.
Hay hostales con más vida que un Hilton. Y rincones donde solo puedes llegar en bus local rodeado de señoras que te dan conversación y te cuentan secretos del pueblo que no salen en TripAdvisor. Y hablando de eso, no está de más pasarse por aquí para ver esos sitios antes de ir… si no estás muy lanzado, claro.
Los viajes cheap enseñan más que un máster
Te lo digo sin miedo a equivocarme: viajar barato educa. Y no me refiero solo a educación cultural. Me refiero a aprendizaje del bueno. El de resolver sobre la marcha, manejar presupuestos, buscar soluciones creativas… y, sobre todo, valorar más.
Cuando te alojas en sitios humildes, en los que la señora de la casa es también la que cocina, limpia y te cuenta historias del pueblo, te acuerdas de que somos humanos antes que turistas. Que no todo es ‘all inclusive’ y camareros sonrientes por contrato.
Además, ¿quién dijo que para disfrutar hay que gastar? Algunos de los mejores ratos viajando los he pasado sentado en un muro comiendo fruta comprada en el mercado del barrio, viendo pasar a la gente. Observando los gestos, los acentos, las costumbres. Eso no lo encuentras dentro de un resort.
Y por si lo dudabas, sí, hay formas de viajar barato por Europa, o por donde te dé la gana. Desde webs especializadas en vuelos económicos hasta alojamientos alternativos que te dejan dormir con todas las comodidades sin sangrarte la cuenta. Una buena referencia puede ser Skyscanner, por si quieres cotillear vuelos sin arruinarte.
Autenticidad: lo que el dinero no puede comprar
No hace falta que te convenza yo. Te lo dice la gente que lleva años viajando sin arrastrar maletas Samsonite. Lo genuino no tiene código de barras. Cuando viajas de manera cheap, te acercas a lo de verdad. A los olores reales del mercado, al barro en los zapatos, a la cerveza caliente en un bar donde nadie habla tu idioma.
¿Es más cómodo pagar un paquete con actividades programadas y que te lleven en furgoneta a ver cuatro vistas? Claro. Pero lo cómodo a veces se parece peligrosamente a lo insulso.
Aquí te dejo un vídeo que va muy en la línea de todo esto. Te dará más ganas de preparar la mochila que una agencia de viajes con descuentos:
Cuando vuelves de un viaje cheap no traes souvenirs caros. Traes historias. Anécdotas que nadie más tiene. Y de paso, el cuerpo descansado de lo que realmente es un descanso: desconectar de lo rutinario para conectar con lo esencial.
¿Tú qué quieres? ¿Fotos bonitas o recuerdos que te revuelvan por dentro?
Si estás pensando en tu próxima escapada y te ronda la idea de hacerlo bien, auténtico y sin dejarte medio sueldo, dale una vuelta. Habla con los que ya lo han hecho. Lee, infórmate. Apúntate a vivir de otra manera. Porque viajar barato no es una cuestión de presupuesto, sino de actitud.
Viajas como vives. Y si lo haces buscando momentos y no solo comodidades, el viaje se te queda dentro. Y eso, amigo, no tiene precio.
¿Quieres ideas para viajar barato desde cerca de casa? Escríbeme. Tenemos propuestas que valen más que lo que cuestan. Y si eres de los que no se asustan por dormir en sitios raros con tal de amanecer en lugares que dan vértigo de lo bonitos que son… entonces tenemos que hablar.
Pídenos consejo, tenemos más de un as en la manga.