Hay palabras que suenan bien, pero cuando rascas un poco, escuecen. Hermoso es una de ellas. Hermoso no es perfecto. No es fácil. Y desde luego, no siempre es amable. Pero todos queremos una historia hermosa, aunque el precio sea alto. Aunque el final sea recordarnos que todo lo bello también duele.
La trampa de lo bonito: ¿qué hay detrás de lo que parece perfecto?
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Nos han enseñado que lo hermoso tiene que ver con la simetría, con la sonrisa blanca, con las fotos editadas y los paisajes de postal. Pero lo verdaderamente hermoso está lleno de cicatrices. De días grises. De perder para entender. De errores y aciertos que saben a vino fuerte.
Si piensas que una historia hermosa es una sin conflictos, sin bajones y sin dudas, entonces no has vivido todavía la buena. La historia realmente hermosa es la que te transforma, aunque te revuelque por el barro antes de darte un abrazo. Es esa que recuerdas cuando todo va mal, porque te dejó huella. No una sonrisa para Instagram, sino eso que te rompe y te vuelve a montar, distinto.
Hermoso es caer… y levantarse con más arrugas
¿Por qué nos empeñamos en ensalzar solo lo bonito si lo que de verdad recordamos es lo que nos ha rasgado la piel y el alma? Una historia hermosa es la que se cuenta con la voz temblando de emoción. Porque duele, porque marcó, porque hubo que luchar. Esa historia donde todo parecía perdido, pero aún así se siguió caminando.
Nadie recuerda una vida plana. Nadie admira una travesía sin viento. Lo hermoso de vivir está en que hay curvas, frenazos, incluso accidentes. Pero cuando miras atrás, sabes que repetirías ese trayecto por el simple hecho de que mereció la pena. Eso es lo que hace realmente hermoso a un momento: lo que te costó.
Te dejo aquí un vídeo que clava todo esto sin decirlo con palabras. Mira y dime si no tiene más verdad que muchos discursos motivacionales con música de ascensor.
Lo bello te arranca un trozo, pero te lo devuelve mejorado
Deberíamos dejar de buscar lo que parece bonito y empezar a valorar lo que nos vuelve mejores, más sensibles, con más profundidad. ¿A costa de qué? De pasar por donde no queríamos, por supuesto. Pero, vamos a ver, ¿cuándo ha sido fácil lo hermoso?
Hermoso no es cómodo. Hermoso no es funcional. Hermoso es lo que te hace parar en seco, lo que te inspira, lo que te raspa, lo que no entiendes al principio pero después te estalla por dentro.
Y si lo vemos en el arte, en la vida, en el amor… también hay que verlo en nosotros. En tu historia. En esas veces que te rompiste, que pensabas que no podías más. En esa ruptura, en ese cambio de ciudad o de trabajo que parecía el fin del mundo y al final fue el principio de algo que ni imaginabas.
Un poco como lo que dice este artículo del Diario Vasco sobre cómo las cicatrices son el mapa de quienes somos. Y no hay nada más hermoso que alguien que no las esconde.
Hermoso es el eco de lo que duele, pero transforma.
¿Y tú? ¿Vas a elegir lo fácil o lo hermoso?
Si vives aquí cerca, si estás buscando darle sentido a tu historia con esa mezcla de belleza y verdad, ven, hablamos. Porque lo hermoso también es conectar con gente que no se conforma con lo superficial. Que se atreve a vivir su verdad, con todo el desorden que eso conlleva.
Yo no hago milagros, pero sí puedo ayudarte a ver que tu historia es hermosa por todo lo que te ha costado, y no a pesar de ello. Dale valor. No la escondas. Y si algo de todo esto te ha hecho clic, pasa por aquí. Porque lo bello, cuando es auténtico, siempre deja marca. Como tú.