Lisboa
ÍNDICE DE CONTENIDOS
- 1 Lisboa
- 1.1 Escapadas urbanas y culturales que no te puedes perder
- 1.2 Escapadas urbanas en Lisboa
- 1.3 El Castillo de San Jorge
- 1.4 La Torre de Belém
- 1.5 El Barrio de Alfama
- 1.6 El Monasterio de los Jerónimos
- 1.7 Plaza del Comercio
- 1.8 Sintra
- 1.9 Arrábida
- 1.10 Fiestas a las que puedes asistir
- 1.11 Gastronomía Portuguesa: Delicias que No Te Puedes Perder
- 1.12 Miradores y Panorámicas de Lisboa
Escapadas urbanas y culturales que no te puedes perder
Lisboa es un destino atractivo para escapadas urbanas y culturales. Su mezcla de historia, cultura vibrante y gastronomía deliciosa la convierte en una opción ideal para los viajeros. Existen múltiples actividades y tours para explorar la ciudad. Desde sus barrios históricos hasta los increíbles miradores, Lisboa ofrece experiencias únicas que reflejan su rica herencia cultural.
Escapadas urbanas en Lisboa
Lisboa es un destino que invita a explorar y descubrir su rica historia y cultura. Las escapadas urbanas en esta ciudad ofrecen una experiencia única que combina atractivos turísticos con la posibilidad de sumergirse en la vida local. A continuación, se presentan sitios clave para disfrutar de una escapada perfecta en Lisboa.
El Castillo de San Jorge
(Castelo de São Jorge) es uno de los monumentos más icónicos de Lisboa, ubicado en una colina dominante que ofrece una vista espectacular de la ciudad y del río Tajo. Su historia se remonta a tiempos prehistóricos, pero los vestigios más antiguos de su construcción datan del siglo I a.C., cuando los fenicios, griegos y cartagineses utilizaron la colina como lugar estratégico de defensa.
Durante el período romano, el castillo fue parte de una fortaleza, pero su estructura actual comenzó a tomar forma bajo dominio de los moros, en el siglo XI. Bajo su mando, el castillo fue un importante bastión defensivo para la ciudad de Al-Ushbuna (nombre árabe de Lisboa) y contaba con murallas sólidas que protegían a la población de ataques invasores.
En 1147, durante la Reconquista, el castillo fue capturado por el rey Alfonso I de Portugal con la ayuda de cruzados del norte de Europa. Desde ese momento, el castillo pasó a tener un papel destacado en la historia de Portugal, no solo como estructura defensiva, sino también como residencia real. Durante varios siglos, fue la sede del poder monárquico en Lisboa.
A lo largo del tiempo, el castillo sufrió modificaciones y deterioros, especialmente después del terremoto de 1755, que devastó gran parte de Lisboa. Durante el siglo XX, fue restaurado extensivamente para devolverle su antiguo esplendor y abrirlo al público como un espacio histórico y cultural.
Hoy en día, el Castillo de San Jorge no solo es una atracción por su rica historia, sino también por su arquitectura medieval bien conservada. Sus torres, murallas y jardines son recorridos por quienes buscan adentrarse en la historia de Lisboa. Además, el castillo alberga un museo con objetos arqueológicos que ilustran los diversos períodos de ocupación de la ciudad.
El castillo es un símbolo de la resiliencia y evolución de Lisboa a lo largo de los siglos, y desde sus alturas se pueden apreciar las transformaciones que ha vivido la ciudad mientras se disfruta de unas vistas panorámicas inigualables.
El Barrio de Alfama
Es uno de los más antiguos y auténticos de Lisboa, lleno de historia, cultura y tradición. Su origen se remonta a la época de los fenicios, aunque su fisonomía actual se consolidó durante la ocupación árabe (siglo VIII al XII), de donde proviene su nombre, derivado del árabe «al-hamma», que significa «fuente».
Esta influencia árabe se refleja en su trazado laberíntico, con calles estrechas y empinadas que parecen retorcerse sobre sí mismas, característica de las medinas islámicas.
A lo largo de los siglos, Alfama ha sido el hogar de pescadores y marineros, quienes le dieron un carácter popular y humilde. A diferencia de otras áreas de la ciudad, Alfama resistió el gran terremoto de 1755 que destruyó gran parte de Lisboa, conservando así su esencia medieval.
Este barrio es el alma del fado, el género musical melancólico que nació en los barrios populares de Lisboa. Aquí, las casas de fado, donde se canta y se toca este género, son un atractivo importante, manteniendo viva una tradición que ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
El barrio también es conocido por su rica arquitectura, en la que destacan la Catedral de Sé y el Castillo de San Jorge, desde donde se obtienen vistas panorámicas de la ciudad y el río Tajo. Las casas de colores y los azulejos que decoran las fachadas añaden un toque encantador y característico al paisaje urbano.
Durante las Festas de Lisboa, en junio, Alfama se llena de vida con música, baile, comida y decoraciones festivas en honor a San Antonio, el santo patrón de la ciudad.
Hoy en día, Alfama es una mezcla de lo antiguo y lo nuevo, donde la vida tradicional portuguesa convive con un creciente interés por parte de los artistas y creadores. Sin perder su esencia, Alfama sigue siendo un símbolo de la resistencia histórica de Lisboa y uno de los lugares más emblemáticos para conocer la cultura más genuina de la capital portuguesa.
El Monasterio de los Jerónimos
(Mosteiro dos Jerónimos), situado en el barrio de Belém en Lisboa, es una de las joyas arquitectónicas más impresionantes de Portugal y un símbolo del estilo manuelino, una corriente artística que mezcla elementos góticos, renacentistas y motivos marítimos, característicos de la era de los descubrimientos portugueses.
Su construcción comenzó en 1501 bajo el reinado del rey Manuel I, quien lo encargó para conmemorar el regreso del explorador Vasco da Gama de su viaje a la India. La construcción del monasterio fue financiada en parte por los ingresos del comercio de especias, especialmente la pimienta, provenientes de las rutas que los navegantes portugueses abrieron en Oriente.
A lo largo de casi 100 años, diversos arquitectos participaron en su edificación, pero el más notable fue Diogo de Boitaca, seguido por João de Castilho, que añadió detalles renacentistas.
El monasterio fue habitado por los monjes de la Orden de San Jerónimo (de ahí su nombre), cuya misión era rezar por el alma del rey y dar apoyo espiritual a los marineros que partían hacia nuevas tierras. Su función como lugar de culto, oración y refugio para los marineros lo vinculó profundamente con la era de las exploraciones marítimas.
El claustro del monasterio, con sus intrincadas decoraciones y amplios arcos, es uno de los espacios más admirados por su delicada belleza y calma.
Dentro del monasterio se encuentra la iglesia de Santa María de Belém, que alberga las tumbas de figuras importantes de la historia de Portugal, como Vasco da Gama y el poeta Luís de Camões. Las decoraciones interiores reflejan la influencia de los descubrimientos portugueses, con motivos náuticos y exóticos.
El Monasterio de los Jerónimos fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983, y sigue siendo uno de los monumentos más visitados de Portugal, no solo por su valor arquitectónico e histórico, sino también por su papel en la identidad cultural del país.
Plaza del Comercio
La (Praça do Comércio) es uno de los lugares más emblemáticos de Lisboa y un símbolo del renacimiento de la ciudad tras el devastador terremoto de 1755.
Ubicada junto al río Tajo, esta plaza tiene una profunda importancia histórica, siendo el punto donde antiguamente se encontraba el Palacio Real Ribeira, destruido por el terremoto y maremoto que afectaron a gran parte de la capital.
La reconstrucción de Lisboa, dirigida por el Marqués de Pombal, convirtió este espacio en un lugar clave para el comercio y la actividad económica del país.
Conocida también como Terreiro do Paço (Patio del Palacio), la plaza fue diseñada para ser un espacio abierto que representara el poder del imperio portugués. Rodeada por edificios de estilo neoclásico, la Plaza del Comercio es notable por su simetría y su amplitud, que contrastan con la naturaleza más caótica del casco antiguo de Lisboa.
Uno de los elementos más reconocidos de la plaza es el Arco de la Rua Augusta, una impresionante estructura construida en 1873 que celebra la reconstrucción de la ciudad. El arco está coronado por esculturas que representan la Gloria, el Valor y la Genialidad, así como figuras históricas de Portugal, como Vasco da Gama y el Marqués de Pombal.
Desde lo alto del arco se puede disfrutar de una vista panorámica de la ciudad. En el centro de la plaza se encuentra la majestuosa estatua ecuestre del rey José I, diseñada por Machado de Castro en 1775. La estatua conmemora al monarca que gobernaba durante el terremoto y representa su papel en la reconstrucción de la ciudad.
Durante siglos, la Plaza del Comercio ha sido el escenario de importantes eventos históricos y políticos. En 1908, el rey Carlos I fue asesinado en este lugar, un evento que marcaría el inicio del fin de la monarquía portuguesa y la posterior proclamación de la república en 1910.
Hoy en día, la Plaza del Comercio es un lugar vibrante, rodeada de cafés, restaurantes y espacios culturales. Con acceso directo al río, se ha convertido en un punto de encuentro tanto para locales como para quienes buscan comprender el alma de Lisboa. Además, es el inicio de la famosa Rua Augusta, una de las principales arterias comerciales de la ciudad.
Sintra
Es una villa histórica declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995. Este encantador lugar se encuentra en las estribaciones de la Sierra de Sintra, una cadena montañosa que ofrece un microclima fresco y húmedo, lo que permite la existencia de exuberantes bosques y jardines.
Sintra ha sido desde tiempos antiguos un retiro favorito de la realeza portuguesa, la nobleza y personajes ilustres debido a su belleza natural y su atmósfera mística.Los primeros registros de Sintra datan de la época romana, cuando se conocía como «Cynthia», en honor a la diosa lunar.
Más tarde, los árabes dejaron su huella con la construcción de la fortaleza que hoy conocemos como el Castillo de los Moros. Tras la Reconquista cristiana, el lugar continuó siendo importante como enclave defensivo y posteriormente como un retiro de la corte.Durante el siglo XIX, Sintra experimentó una transformación significativa bajo el reinado de Fernando II, quien impulsó la construcción del icónico Palacio da Pena, un ejemplo del romanticismo arquitectónico, lleno de colores y estilos diversos.
La villa también alberga la Quinta da Regaleira, una mansión rodeada de jardines, túneles secretos y simbología esotérica, que refleja la fascinación de la época por lo místico y lo oculto. El paisaje cultural de Sintra es una combinación única de arquitectura histórica y naturaleza exuberante.
La ciudad cuenta con otros monumentos destacados como el Palacio Nacional de Sintra, con su distintiva chimenea cónica, y el Palacio de Monserrate, de estilo orientalista, rodeado de jardines botánicos.
Hoy en día, Sintra es un destino de gran valor histórico y cultural. Su atmósfera romántica, sus parques, y la belleza de sus palacios y castillos hacen que la villa mantenga su esencia como un lugar de retiro, inspiración y contemplación.
Arrábida
Este espacio protegido es uno de los paisajes naturales más impresionantes y ricos de Portugal.
El Parque de la Arrábida abarca más de 10,000 hectáreas entre las localidades de Setúbal, Sesimbra y Palmela, con un acceso fácil desde Lisboa, lo que lo convierte en un destino popular para una escapada de un día desde la ciudad.
El parque se extiende desde la costa atlántica hasta las montañas que conforman la Sierra de la Arrábida. Su topografía es muy variada, con colinas empinadas que caen abruptamente hacia el mar, playas aisladas de arena blanca y aguas cristalinas, bosques mediterráneos y una rica biodiversidad.
La cima más alta del parque es la Serra do Risco, un acantilado que se eleva a 380 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo impresionantes vistas del Atlántico y de las islas cercanas.
La región de Arrábida ha sido habitada desde tiempos prehistóricos, y su geografía única ha sido testigo del paso de diversas civilizaciones a lo largo de los siglos. Durante el período romano, la zona fue utilizada para la extracción de sal y la pesca, actividades que aún hoy son relevantes en Setúbal. En el siglo XVI, se construyó el Convento de la Arrábida, un retiro espiritual para la Orden Franciscana, que se sitúa en un entorno privilegiado entre las montañas.
Este convento es hoy uno de los sitios históricos más importantes dentro del parque, con su arquitectura simple que refleja el ideal franciscano de vida austera en contacto con la naturaleza.
Arrábida alberga una flora y fauna excepcionales. Su vegetación mediterránea incluye especies como encinas, pinos, madroños y plantas aromáticas como el romero y la lavanda. La fauna incluye diversas especies de aves, algunas rapaces como el águila real, además de mamíferos como el tejón, el zorro y especies más pequeñas como reptiles y anfibios.
Uno de los aspectos más destacados del parque es su rica vida marina. Las aguas que bañan la costa de la Arrábida son un área protegida por su biodiversidad, que incluye delfines mulares, una de las pocas poblaciones residentes en Europa. Los visitantes pueden realizar excursiones en barco desde Setúbal para observar de cerca a estos mamíferos marinos.
El Parque Natural de Arrábida es un paraíso para los amantes de la naturaleza y los deportes al aire libre. Se puede practicar senderismo en sus numerosas rutas que atraviesan el parque, ofreciendo vistas espectaculares del mar y la costa. Algunas de las playas más conocidas, como la Praia do Portinho da Arrábida o Praia dos Coelhos, son perfectas para el buceo y el snorkel debido a la claridad de sus aguas.
Además, los acantilados del parque son ideales para la escalada, y las aguas tranquilas permiten la práctica de kayak y paddle surf. La región también es conocida por sus bodegas, por lo que el enoturismo es otra de las actividades atractivas para los visitantes, donde se pueden degustar vinos locales como el famoso Moscatel de Setúbal.
El Parque Natural de la Arrábida fue declarado área protegida en 1976 para preservar su extraordinario ecosistema. Sin embargo, como ocurre en muchas áreas naturales protegidas, el equilibrio entre la conservación y el turismo es un desafío constante. Las autoridades locales y nacionales han implementado diversas medidas para controlar el acceso a ciertas áreas del parque y proteger su biodiversidad.
Acceso desde Lisboa
La proximidad de Arrábida a Lisboa la convierte en un destino muy accesible para los turistas que buscan escapar de la ciudad. El trayecto desde Lisboa a Setúbal, la puerta de entrada al parque, es de unos 40 minutos en coche. También se puede llegar en transporte público, aunque para explorar en profundidad el parque, lo más recomendable es alquilar un coche o unirse a alguna de las muchas excursiones organizadas desde la capital.
En resumen, el Parque Natural de la Arrábida es un tesoro natural y cultural a poca distancia de Lisboa. Con su combinación de paisajes espectaculares, historia, biodiversidad y actividades al aire libre, Arrábida es un destino imprescindible para quienes desean experimentar la riqueza natural de Portugal.
Fiestas a las que puedes asistir
- Festas de Lisboa (Junio)
Celebración de San Antonio con música, desfiles, sardinas asadas y bailes en las calles. - Carnaval de Lisboa (Febrero)
Desfiles coloridos con disfraces vibrantes, música y bailes que animan el centro de la ciudad. - Festival de la Máscara Ibérica (Mayo)
Desfile de máscaras tradicionales ibéricas acompañado de música, danza y espectáculos callejeros. - Festival Super Bock Super Rock (Julio)
Evento de música alternativa y rock, que reúne a artistas internacionales y locales en Lisboa.
Hoteles Económicos y Hostales Recomendados
Para aquellos que buscan opciones más accesibles, Lisboa dispone de una excelente selección de hostales y hoteles económicos. Algunas recomendaciones incluyen:
- Hostel Home: Con un ambiente acogedor y buenas instalaciones.
- Alfama Patio: Un hostal encantador en uno de los barrios más auténticos de la ciudad.
- Lisbon Lounge Hostel: Ideal para socializar con otros viajeros.
-
Descubre más hoteles, AQUÍ
Cuándo Visitar Lisboa para una Escapada Perfecta
Lisboa se puede visitar durante todo el año, aunque hay periodos más recomendables según las preferencias de cada viajero. La primavera y el otoño son especialmente agradables, con temperaturas moderadas y menos aglomeraciones. Durante el verano, la ciudad puede estar más concurrida, pero también ofrece festivales y una vibrante vida nocturna.
Es aconsejable revisar el calendario de eventos de Lisboa, ya que la ciudad alberga festivales culturales y gastronómicos que enriquecen la experiencia del visitante.
Gastronomía Portuguesa: Delicias que No Te Puedes Perder
La gastronomía en Lisboa es una parte fundamental de su cultura. Con influencias de varias regiones, los platos típicos son un deleite para los sentidos. No hay que dejar de probar las especialidades locales, que van desde el bacalao a diferentes preparaciones hasta los dulces tradicionales.
Tour de Pasteles de Belém
Los famosos pasteles de Belém son una delicia que no se puede dejar de lado. Este tour permite descubrir la historia detrás de este icónico postre y, por supuesto, disfrutar de su inconfundible sabor. La receta es un secreto muy bien guardado, y probar estos pasteles en su lugar de origen, la Pastéis de Belém, es una experiencia inolvidable.
Tour Gastronómico por el Centro de Lisboa
Realizar un tour gastronómico por el centro de Lisboa es una excelente manera de conocer la diversidad de su oferta culinaria. Este tipo de recorridos suelen incluir degustaciones de tapas, quesos y vinos, así como la oportunidad de conocer la historia detrás de cada platillo. El ambiente vibrante de los mercados locales y los restaurantes típicos proporciona una visión profunda de la cultura gastronómica de la ciudad.
Miradores y Panorámicas de Lisboa
Los miradores de Lisboa son uno de los principales atractivos de la ciudad. Ofrecen vistas espectaculares que permiten apreciar la belleza y el carácter singular de la capital portuguesa. Aquí se presentan algunos de los miradores más emblemáticos.
Mirador de San Pedro de Alcántara
Ubicado en el centro de la ciudad, el Mirador de San Pedro de Alcántara es uno de los más famosos de Lisboa. Desde este punto, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica que abarca desde el Castillo de San Jorge hasta el río Tajo. Este mirador está rodeado de jardines y áreas verdes, lo que lo convierte en un lugar propicio para relajarse y disfrutar del entorno.
Particularmente durante el atardecer, el mirador se llena de colores cálidos que dan un toque mágico a la vista. A menudo hay músicos tocando en sus alrededores, aportando un ambiente especial.
Mirador de Santa Luzia
El Mirador de Santa Luzia se encuentra en el encantador barrio de Alfama, famoso por sus callejones empedrados y su rica historia. Este punto de vista es conocido por su hermosa decoración de azulejos y su jardín, que añaden un aire romántico al lugar. Desde aquí, se puede apreciar la Catedral de Lisboa y el río Tajo, creando una visual impresionante que invita a la contemplación.
En el mirador, es habitual ver parejas disfrutando del paisaje y turistas tomando fotografías. La combinación de la arquitectura histórica y las vistas de la ciudad hacen de este un lugar imprescindible para quienes visitan Lisboa.
Elevador de Santa Justa: Vistas Únicas desde lo Alto
El Elevador de Santa Justa, también conocido como el Elevador do Carmo, es una de las estructuras más emblemáticas de Lisboa y un monumento arquitectónico impresionante. Este elevador conecta la parte baja de la ciudad con el Barrio Alto y permite a los visitantes acceder a su plataforma de observación. Desde lo alto, se puede obtener una perspectiva única de la ciudad, incluyendo vistas del Castillo de San Jorge y de la Catedral de Lisboa.
El diseño del elevador, realizado en hierro forjado y con un estilo neogótico, lo convierte en una atracción visual tanto desde abajo como desde arriba. Subir en el elevador no solo es práctico, sino también una experiencia distinta que combina historia y funcionalidad.
La belleza de Lisboa se revela desde todos estos miradores, haciendo que cada visita sea un deleite para los sentidos. No se puede dejar de explorar estas panorámicas que ofrecen un verdadero festín visual de la capital portuguesa.
¿Cómo Moverse por la Ciudad?
Lisboa cuenta con un sistema de transporte público eficiente y diverso que incluye autobuses, tranvías, metro y elevadores. Las opciones de movilidad permiten desplazarse cómodamente por la ciudad:
- Metro: Rápido y barato, el metro es una excelente manera de llegar a diversas áreas de Lisboa.
- Tranvías: Una de las experiencias más icónicas. El tranvía 28 recorre los principales puntos turísticos.
- Autobuses: Facilitan el acceso a zonas que no están conectadas por metro.
- Elevadores: Como el famoso Elevador de Santa Justa, que ofrece vistas espectaculares mientras conecta diferentes niveles de la ciudad.
Caminar también es una gran opción, especialmente en los barrios históricos, donde se pueden descubrir callejones y plazas encantadoras. Se recomienda llevar calzado cómodo, ya que algunas áreas tienen pendientes pronunciadas.
¿Dónde Probar la Mejor Gastronomía?
La oferta gastronómica en Lisboa es variada y deliciosa, destacándose por su frescura y autenticidad. Algunos lugares recomendados son:
- Mercado da Ribeira: Un espacio vibrante donde se pueden degustar platos de diversos chefs y restaurantes locales.
- Tascas locales: Estas pequeñas tabernas son el lugar ideal para disfrutar de la música del fado y probar tapas tradicionales.
- Pastelerías: No se puede dejar de lado los famosos pasteles de Belém, un clásico de la repostería portuguesa.
- Restaurantes en Alfama: Este barrio ofrece opciones que combinan el sabor local con un ambiente auténtico.
Lisboa es un verdadero festín para los sentidos, donde cada plato cuenta una historia. La exploración gastronómica es, sin duda, una parte esencial de cualquier visita a la ciudad.